19.5.08

Top 10 - Buenos Aires

Hurgando en Internet conseguí información que puede ser útil para aquellos que se dispongan a visitar el cono sur y claro para todos los que ya se encuentran allí y quieren disfrutar de algo más… su paladar.

Tomo I: sin vueltas. Para los críticos, aquí está la mejor cocina o la mejor cocinera. “Las hermanas Ada y Ebe Cóncaro siguen asombrando con su propuesta. Una cocina de sabores excepcionales y refinada presentación”, dice Yu Sheng.
Dice Ada Cóncaro, al mando del restaurante desde hace 36 años: “Nuestra cocina es fiel a nuestra cultura, con identidad bien porteña”. Al mando del salón está Federico Fialayre, hijo de Ada, un experto sommelier que recomienda un maridaje perfecto entre plato y vino. Todos los martes de marzo, un menú especial con platos fuera de carta.

La Bourgogne: un ícono de la cocina francesa en el hotel más tradicional de Buenos Aires, el Alvear Palace, aseguran los expertos. La atención y el servicio son impecables, y cada detalle está supervisado por el chef Jean-Paul Bondeaux. “Hasta las flores que elegimos para los centros de mesa”, asegura.
Empresarios, extranjeros y amantes de la buena vida, de alto poder adquisitivo, lo visitan con frecuencia. Allí se puede comer, por ejemplo, un caviar fresco Ossetra por 820 pesos. Un detalle: cuando un caballero lo solicita, hay carta sin precio para las damas.

Oviedo: “La casa de Emilio Garip siempre ofrece un menú de calidad, con novedades interesantes y un servicio profesional”, señala en su guía gastronómica Fernando Vidal Buzzi. La especialidad de la cocina, a cargo del chef Martín Rebaulino, son los pescados y mariscos, elaborados con productos frescos que el mismo Garip se encarga de seleccionar. “Tal vez, una de las mejores bodegas argentinas, con una muy buena colección de vinos españoles”, advierte Alicia Delgado.

Casa Cruz: abrió hace tres años y es el restaurante porteño de moda por antonomasia. En este punto, no hay disidencias. Fashion , glamoroso y con un ambiente escenográfico. “Quise hacer de este lugar una extensión de mi estilo de vida”, asegura su dueño, Juan Santa Cruz.
Aunque el notable Germán Martitegui está al frente de la cocina, los críticos aseguran que Casa Cruz no es exclusivo por su cocina. “Lo es por su estética, por su estilo neoyorquino, por las modelos famosas que lo visitan y por su concepto”, resume Yu Sheng. Lo mejor: la barra de tragos diseñada por Inés de los Santos.

Duhau Restaurante & Vinoteca: elegante y superlujoso. Tanto que si un cliente se olvidó los anteojos, el mozo le ofrecerá una bandeja con una selección de gafas Cartier, de oro y con cristales de diferente graduación para que pueda leer el menú. Según Vidal Buzzi, su cocina, a cargo del chef Rafael Martínez Casas, está bien lograda. Pero la diferencia la hace su carta de postres, que, aseguran, no tiene igual. “La chef pastelera Ilhame Guerrah crea maravillas con las frutas, los chocolates y las cremas. Delicias imperdibles”, afirma Yu Sheng.

Maat Club Privado Gourmet: sólo tres visitas permitidas para los que no son socios de este club privado en Belgrano, que se inauguró en noviembre de 2005 en un petit hôtel de la calle Sucre, en Belgrano. “La casona ha sido reciclada en forma impecable. Muy buena barra y cocina, en manos del chef Rodrigo Guinzuk”, señala Vidal Buzzi en su guía. La carta, acotada pero muy sofisticada, y el agua mineral, italiana. El reglamento de reservas es preciso: se requiere puntualidad, edad mínima de 18 años, vestimenta elegante sport y teléfonos celulares en modo vibración.

Restó: un reducto íntimo en la Sociedad Central de Arquitectos. Con sólo 30 cubiertos, suele haber lista de espera por la noche. La ambientación es sencilla; predomina el blanco, con toques de madera. Al mediodía es muy concurrido: abogados, arquitectos y conocedores del lugar lo visitan diariamente.
Con el joven chef Guido Tassi al frente, los platos se destacan por la presencia de flores comestibles y vegetales no tradicionales. “Es como comer en un pequeño resto de París, pero en Buenos Aires”, resume Yu Sheng.

Sucre: con una propuesta de cocina de autor, a cargo de Fernando Troca y Gonzalo Sacot, el lugar está siempre a tope y es muy visitado por turistas. “La barra es uno de sus éxitos”, asegura Alicia Delgado.
¿Lo mejor? “El spiedo a leña de quebracho, donde se puede encontrar una gran variedad de carnes. La carta de vinos es seria y muy completa”, agrega Miguel Brascó.
Hay más de 420 etiquetas en carta, y se puede conseguir un buen vino tinto por 40 pesos. Pero también hay excepciones.
“La semana pasada vendimos nuestro vino más caro. Un Château Margaux que estaba a muy buen precio”, cuenta el sommelier Ignacio Díaz Aguirre. Por la botella, un turista brasileño pagó 2400 pesos.

Chila: la mejor propuesta de Puerto Madero tiene un toque femenino. La chef Soledad Nardelli está al mando de una cocina de autor “con inspiración francesa”, como ella misma define. “Es un lugar grande y muy agradable, con vista al dique y muy bien iluminado”, describe Miguel Brascó.
“Ravioles de centolla, besugo con almejas o risotto negro con mariscos y tinta de sepia. Platos que te hacen agua la boca”, grafica Yu Sheng. El público habitué son jóvenes empresarios de buen poder adquisitivo, y también muchos turistas. La música, en su nivel justo, no interrumpe la charla.

Yuki: nada de fashion ni glamoroso. Cocina japonesa para los exigentes. Fuera de los circuitos gastronómicos de moda, está considerado el más tradicional de los restaurantes japoneses. Recomiendan degustar el Yuki Teishoku, compuesto por siete platos típicos. “La comida es excelente, y la decoración cambia de color con las estaciones”, recuerda Alicia Delgado. “Si se puede, reservar el tatami. Vivirá una experiencia única, comiendo en el suelo, descalzo y con una atención más que amable”, recomienda Vidal Buzzi.

Escrito por: Soledad Vallejos
LA NACION

1 comentario:

David dijo...

Muy bueno tu post. Me gustaria que la proxima publiques los 10 mejores restaurants dentro de hoteles en buenos aires porque es algo muy importante que la mayoria de los hoteles allí tienen y algunos no son tan conocidos pero son muy buenos.